La simpatía, la "chispa", las anécdotas y la historia del Inti, contada por uno de los pilares históricos del grupo. El querido "ciego" nos privilegia con sus palabras.
Con esta publicación, comenzamos una serie de entregas en las cuales Marcelo nos relata su vida en el Inti.
Agradecemos de corazón a Marcelo, quien gentilmente ha colaborado con nosotros para entregarle a los lectores de El Unico Inti la posibilidad de seguir siendo parte de esta historia que a todas luces augura un gran y hermoso futuro. La historia de Inti Illimani, el único Inti.
Con ustedes y para ustedes, el querido "Ciego", Marcelo Coulón Larrañaga.
EUI: Marcelo: ¿Naciste en Temuco, a qué edad te trasladas a Santiago? ¿Qué recuerdos tienes de tu infancia, como te relacionas con la música en la niñez?
M.C.: Muy pequeño viví mi primer exilio ya que me considero un sureño a todo titulo, por que mi familia se trasladó a Santiago cuando yo tenía más o menos 2 años. De todas maneras mi infancia está muy relacionada con el sur, mi abuela tardó en venir a Santiago y pasábamos las vacaciones con ella, ya más joven los viajes eran frecuentes y a dedo, aventura que siempre me apasionó, he recorrido desde Lima hasta Tierra del fuego y desde muy cabro, el primer viaje solo que hice, fue a los doce años desde Conce a Santiago. La música estaba siempre presente, el piano de la casa era una presencia fuerte, que atraía y con querer y sin querer se hacía sonar, a los 6 años me pusieron en una academia que estaba a la entrada de Independencia y era entretenido porque me iba solo y aprovechaba de conocer los misterios del transporte público, los troles, los carros, estos ya en fase extinción, eran un gran mundo, tan grande que ya al segundo año de piano muchas veces prefería recorrer Santiago, en micro, en libres, que ir a clases…..la cimarra parece ser una línea que desde chico se dibujó por delante de mis zapatos. Como hemos contado otras veces, el Fauno, hermano de mi madre nos guiaba en lo de cantar, buscar la mejor expresión para los textos y de el recogemos mucho de la intuición y gusto musical.
EUI: Mucho he leído de los guitarreos que Jorge y sus amigos realizaban en el garaje de la casa de los Coulon. ¿Participabas también de estas actividades musicales?
M.C.:Por suerte has leído solo de los guitarreos, porque si ese garaje hablara, muchas historias no podrían ser publicadas, por lo que a mí me han contado…… Sabes, entre otras cosas o múltiples usos del garaje, la puerta de este era el arco donde chuteábamos con tantas ganas en nuestro despertar futbolístico, la calle Clemente Fabres era de doble sentido y se podía jugar los mas bien, de vez en cuando un "auto, auto" detenía a los cracs y luego la pichanga seguía, era otro Santiago. Lo más sabroso, ya más grande, era vivir los distintos colores que tomaban las noches, según quien estuviera, pero los que más me marcaron fueron sin duda, Max Berrú, Pedro Yañez y Willy Oddo, además de tener siempre a Jorge que aportaba con generosidad lo que supiera. Con Pedro pasábamos noches enteras jugando ajedrez, tomando mate y escuchando a los Fronterizos, con ese fanatismo esencial para amar algo.
EUI: ¿Cómo influye la labor musical de Jorge, en tu decisión de dedicarte a la música?
M.C.: De alguna manera ya algo te dije, pero creo que el indicó un camino que luego de unos años y otras experiencias, daría vuelta la esquina y se transformaría en un senda comun para los dos.
EUI: Tal cómo Jorge, Max, José, Horacio, el Loro, también te matriculaste en la Universidad para seguir estudios de ingeniería ¿Ninguno tenía entre sus prioridades dedicarse a la música, o habían presiones familiares para estudiar una carrera formal?
M.C.: Lógicamente pesaba la frase "hagan música, pero saquen un cartón", pero la verdad es que las prioridades se van dando en la medida que debes optar y en nuestro caso llegó un momento que fue muy claro "ella o yo" (te han dicho eso alguna vez?), la carrera o los conciertos, así fue como Ernesto, quizás el quenista más fino que ha tenido el Inti, optó por su doctorado en Química y los demás por dedicarse de lleno al conjunto. En mi caso es un poquito diferente ya que nunca fui estudiante de Ingeniería sino más bien un matriculado en Química, entré el 1970 y Salí el 1973, crees que había tiempo para estudiar???, que linda época.
EUI: En 1971, te correspondió reemplazar a Jorge por espacio de tres meses ¿Recuerdas el motivo de esa ausencia?, y ¿Que significo para ti trabajar con los Intis e incluso participar de la grabación de "Canto al Programa"?
M.C.: Jorge aun estaba en la transición y fue a Buenos Aires a un curso por su trabajo (normas eléctricas), al parecer tuvo más contacto con la Mercedes que con las Normas, con las Peñas folclóricas que el desempeño eléctrico….y sin duda fue algo más que importante trabajar con el Inti, el Loro, con Max, Ernesto, en fin sentir al Inti por dentro, pero creo que la marraqueta bajo el brazo fue trabajar con Sergio Ortega y Luis Advis, seguramente es una suerte que los músicos jóvenes de hoy no tienen, es raro ver a un maestro consagrado y experimentado contaminarse con los jóvenes músicos, pareciera que les temen, peligran los Fondart?, la vida cotidiana es demasiado acelerada y lo mío me lo llevo a la tumba?, si comporto algo pierdo una oportunidad?, seguramente no es nada de eso, si no todo lo contrario y le mezcla de todo. He dicho.
EUI: En 1972 formabas parte de Huamarí, y fueron convocados por Víctor Jara para montar y grabar la obra "La Población" ¿De qué forma viviste esta colaboración que tuvieron con Víctor Jara? ¿Recuerdas de que manera Víctor, los convoca al para participar de la grabación del disco "La Población"?
M.C. : La verdad es que me incorporé al Conjunto Huamarí mucho antes del 72 y en el remplazo a Jorge mas de una vez me toco correr de un escenario a otro. Con Víctor trabajamos de igual manera como lo hizo, seguramente , con los demás grupos, el tenía muy claro que quería de cada arreglo, de cada canción y así dejaba que tiráramos las ideas y propusiéramos arreglos o variantes y el se guardaba su opinión hasta el último, era muy educativo para nosotros, aprendíamos a saber que algo teníamos, que podíamos ir más allá de lo establecido y luego en nuestros arreglos se veía reflejado este aprendizaje y el recogía nuevas ideas que siempre lo entusiasmaban. Con el Huamarí teníamos una muy linda relación con la peña de los Parra, cuando creíamos tener algo nuevo, interesante que mostrar, llamábamos a Angel y le proponíamos actuar en la Peña y siempre estaban las puertas abiertas para nosotros, era un lugar de mucha creatividad y de compartir, ideas, música, comentarios, alegrías y penas, por supuesto que uno de los grandes que allí estaba era Víctor con el cual nos unía, no solo la militancia política si no que, el querer buscar caminos en la música y alguna vez nos contó de sus encuentros en la Población Lo Herminda de la Victoria y sus deseos de hacer un trabajo musical con esta dramática historia, creo que bastó el "cuenta con nosotros" para que luego nos llamara a ser parte de esta bellísima obra.
EUI: Como exiliado en Francia, te incorporas al trabajo del Taller Luis Emilio Recabarren, con el maestro Sergio Ortega. ¿Qué nos puedes relatar de tu experiencia de trabajo con este gran exponente de la historia musical, social y política de nuestro país?
M.C.: Con el Maestro teníamos una relación de amistad. El haber compartido el trabajo del "Canto al Programa" y muchas manifestaciones, encuentros de cultura, reuniones de discusión, etc., durante la UP, nos había puesto en un sendero común. En Francia le encargaron la música de una obra de teatro, dirigida por Pierre Debauche, que se llamò "Que l'heure peu til a Valparaiso", donde Sergio reunió a varios artistas Chilenos en el exilio, Héctor Pavez, Mares González, Fernando Bordeuax, Edmundo Vásquez entre otros, creo que es la única vez que he sido parte de una obra de teatro, claro está que mi rol era de músico-actor. Después vino el tiempo de la Coral Popular de Nanterre, que dirigíamos con Sergio y el Taller "Luis Emilio Recabarren", la generosidad de Sergio era sin límites, yo vivía en su casa y debo confesar que es ahí donde aprendí mucho de música y a cocinar los riñones al pil pil, que Sergio hacia de maravillas, los días de Taller el menú era Pollo y Repollo.
EUI: A Francia, y también como exiliados, llegan muchos músicos chilenos. Están los Quilapayun, Sergio Ortega, Osvaldo "Gitano" Rodríguez, Ángel Parra, Héctor "El Indio" Pavez ¿Cómo se dan las instancias de creación, participación, y de solidaridad con Chile entre ustedes, artistas populares chilenos?
M.C.: Los actos de solidaridad con Chile eran muchos y más de una vez te tocaba compartir escenario con otro artista Chileno, pero tanto como hablar de creación en común es mucho decir, Edmundo Vásquez trabajo un disco con Héctor Pavez, también se hizo un LP conmemorando la Revolución de Octubre, con distintos artistas, estaba Patricio Manns con su creatividad sin límites.
EUI: En julio de 1975, Héctor "Indio" Pavez , quien fuera presidente del Sindicato de Folkloristas al momento del golpe de estado, muere en Francia a la edad de 42 años. ¿Qué sensación te deja la muerte en el exilio de Héctor Pavez? ¿Cómo afecta tu ánimo de pronto regreso a Chile?
M.C.: La muerte de Héctor fue muy fuerte para nosotros, el era no solo el centro de un grupo humano de gran calidad y tremenda solidaridad, sino también, la alegría, la chispa, la sabiduría popular y en los momentos más duros y aciagos, cobraba una singular importancia, era capaz de levantar el ánimo al más débil. El quiso que su funeral fuera una fiesta y así lo hicimos, las cuecas tronaron mientras su cuerpo se reducía a cenizas, una experiencia muy fuerte.
EUI: ¿Anterior a tu incorporación definitiva al conjunto, tienes contacto con los Inti-Illimani? ¿Cómo vives el éxito mundial que los muchachos tienen? ¿Dada tu participación en 1971, de alguna forma te sentías vinculado o parte del conjunto?
M.C.: Nos juntamos en Holanda unos diez días después del golpe, aun no se tenía una real dimensión de lo que pasaría con nuestras vidas. Al cabo de un tiempo los vi actuar en Torino en un Gimnasio repleto, más de doce mil personas y la verdad que era algo sobrecogedor, el público copó las graderías desde muy temprano y la ovación en cada canción hacía latir el corazón con mayor celeridad, pero cuando cantaron el Pueblo Unido, fue imposible aguantar las lágrimas.
EUI: La historia dice que al renunciar José Miguel Camus, el Inti-Illimani tenía dos opciones: O incorporar un quenista, o incorporar un músico cercano que se integrara fácilmente, felizmente se opto por lo último, y llegaste tú al conjunto. ¿Cómo recibes el llamado de Jorge para invitarte a formar parte del conjunto? ¿Celebraste, le contaste a todo el mundo? Y finalmente ¿Cómo es aprender a tocar la quena en 15 días, tienes alguna anécdota al respecto?
M.C.: Estaba en mi casa de Longjumeau, quizás la dirección te puede decir algo: 1 rue Salvador Allende y créeme que no busqué esa calle por el nombre, tocó por casualidad, no dejaba de emocionarme al llegar a la esquina donde estaba el cartelito con el nombre de la calle, solo que tenía sus dificultades, por ejemplo, no era fácil recibir cartas desde Chile.Hacía un par de meses que estaba buscando un trabajo y el Colegio de la comuna me llamó para hacer clases de Música y la verdad es que estaba muy contento por esta oferta, fui al primer encuentro y estaba todo listo, solo que en eso me llamó Jorge que fuera a Roma para conversar la posible vuelta al Inti, debía echar pie atrás en la escuela, hablar con Sergio que tendría que dejar el Taller L.E. Recabarren, pero el desafío era más que interesante, era volver a casa. Me dijeron lo que tu señalas en la pregunta, que querían a alguien que se adaptara al grupo y que tenía 15 días para aprender a tocar quena ya que empezaba una larga gira por Italia y luego la grabación del "Inti 8", Canción para matar una Culebra. Me lleve la quena para Paris y a darle todo el día, el apoyo familiar era grande y la honestidad infantil también, mientras yo buscaba como sacarle notas a ese palo con hoyos, la Mimi cocinaba junto a mi hija Nathalie, que desde su candidez le opina, "No sabe ah" y como madre hay una sola la Mimi le dice, Mmm si, por eso que está estudiando y la réplica fue inmediata "es que no aprende"….
Hasta aquí la primera de las entregas, pronto la segunda parte de la entrevista a Marcelo Coulón, no dejes de visitarnos.