Ha pasado ya más o menos un año y medio, cuando bajo el inclemente sol de Santiago nos juntamos en un boliche del centro de la ciudad a darle la vuelta al mundo.
Teníamos la inquietud de contribuir en la historia de la cual éramos testigos. Por cierto, también creíamos tener las herramientas para hacer esa modesta contribución.
Fue así como esa tarde calurosa de febrero la magnífica coincidencia que teníamos dio origen a lo que es hoy El único Inti.
Lo primero fue la búsqueda de un nombre que nos identificara. Recordamos entonces una entrevista concedida por Jorge donde, de manera tan clara como firme, indicó que Inti-Illimani era uno sólo, el único Inti.
Nos motivaba fundamentalmente eso que señalamos como la historia de la cual éramos testigos.
Veíamos con pena e impotencia como los ex-integrantes del grupo que por tantos años seguíamos, hacían uso indiscriminado, ilegal y desleal del nombre del grupo al cual ciertamente contribuyeron, contribución que estamos completamente seguros no habrían realizado de no contar con los hermanos músicos que compartieron una vida de miel y hiel, que estimularon el proceso creativo, la misma creatividad que hoy enarbolan como bien exclusivo de su autodenominada y tristemente falsa superioridad.
Queríamos decir y contar. Nos llamaba la atención la forma en que estos ex-integrantes se sometían bajo el alero del dueño de Macondo Producciones, personaje al cual hemos descrito en este espacio y que entre otras cosas ha sido demandado por la Sociedad Chilena del Derecho de Autor, sociedad de la cual son miembros los mismos ex–integrantes (curiosamente en el listado de socios sólo un ex-integrante aparece como miembro de Inti-Illimani) que profitan del grupo al que renunciaron voluntariamente y en tiempos distintos.
Queríamos contar y decir cómo sucedieron las cosas para que quienes, como nosotros, han seguido lealmente al grupo, sin claudicar, sin renunciar como lo hicieron los Intis, supieran que Inti-Illimani es sólo uno, el que nunca dejó de tocar, el que ha mantenido en alto el nombre de este emblemático grupo, paseándolo con orgullo por todo el mundo, hasta el día de hoy.
Queríamos decir y contar tantas cosas que con un poco de detención se observaban (y se observan) claramente con respecto al comportamiento errático e indecente de los ex-integrantes, comportamiento en lo ético y estético. Los hechos hablan por sí solos.
En ese camino de denuncia, también fuimos contando la historia maravillosa de este grupo.
Primero fue la entrevista a Pedro Yáñez, que nos contó cómo se funda el Inti, luego a los Intis actuales: Daniel Cantillana; el director musical del grupo, Manuel Meriño; Christian “Búho” González, César Jara, las notables historias del querido “Ciego” Marcelo Coulón, la sinceridad y la templanza de Max Berrú, y terminamos el 2008 con el único miembro fundador que jamás abandonó el grupo, el gran Jorge Coulón y una entrevista que ha dado vueltas.
Fuimos también testigos de las 100 canciones por Allende, cubriendo ese maravilloso espectáculo con fotos, videos y, por cierto, con las palabras agradecidas de Jorge.
Cubrimos giras por Turquía, Escandinavia, Canadá, EE.UU., México, Ecuador, lo que nos dio la posibilidad de estrechar lazos con hermanos entrañables en esos países que nos honran con su corresponsalía.
También, y no es menor, hemos cubierto conciertos y presentaciones a lo largo de Chile. Presentaciones que quizás no cuentan con el “garbo” de Nueva York, Toronto o Estocolmo, pero son nuestros escenarios y han sido una muestra inequívoca del profesionalismo, de la ética y la estética de cada uno de los músicos de Inti-Illimani.
Valparaíso, con su Municipal “hasta las banderas” o en Las Torpederas, Viña del Mar, Concepción, Chillán, Punta Arenas, Paillaco, Maipú, Renca, Peñalolén, Cerrillos, Padre Hurtado, Curicó, Santa Cruz, Melipilla, Talca, Temuco, San Pedro de Atacama, San Pedro de la Paz, Antofagasta, Ovalle, La Serena, Iquique, Futaleufú, Osorno, Valdivia, Ñiquén, Quilpué, Quillota, por nombrar sólo algunos, son los lugares en donde el Inti ha mostrado siempre su calidad que sólo mejora con el paso del tiempo en sus ya 42 años de vida.
En cada oportunidad hemos estado ahí de alguna manera, cubriendo y contándoles a ustedes el devenir de este grupo de grandes músicos y mejores personas.
Así hemos transcurrido en este año y medio de vida, con aportes desinteresados y significativos de personas que nos escriben, nos orientan y nos sugieren, con comentarios de quienes ya son habituales en este espacio.
Hoy hemos superado las 50.000 visitas y como lo hemos dicho antes, para un espacio temático y dirigido, 50.000 visitas es un gran número.
Estamos orgullosos, pero más que eso, estamos agradecidos y más aún, comprometidos con cada uno de ustedes que nos honran con sus visitas.
Sinceramente este espacio ya se ha consolidado gracias al interés que ustedes manifiestan cada día, y sobre todo a que el concepto “único Inti” es un concepto ya instalado en la mente y corazón de los seguidores de verdad.
Hoy, ya no somos los mismos 4 como al principio pero en el corazón lo seguimos siendo.
Queremos agradecer a Rodrigo Mancilla y a Franco Salinas y desde aquí decirles que este orgullo también es vuestro.
A nuestro hermano Necmettin Tokur en Turquía, a Osiel Ibañez en Suecia, a Patrick Gomez en Francia, a Manuel Jofré en Canadá, a José López en Nueva York, a Hans Hoffman en España, a Manuel Montores en México, a Roberto Massimi en Italia.
A quienes traducen los artículos, Carol Jorquera de Valparaíso e Isabel Moreno de Santiago.
A Lucho Cifuentes.
A Paty Montero, a Abel Sanhueza, a Gonzalo.
A los Intis, Daniel, Búho, Manuel, César, Juan, Efrén, Marcelo y Jorge, infinitas gracias.
A todos quienes no mencionamos ahora pero están en nuestros corazones.
A todos ustedes, los lectores y lectoras, nuestro mayor agradecimiento y compromiso.
Un gran abrazo.
Muchas gracias.
El único Inti.
Teníamos la inquietud de contribuir en la historia de la cual éramos testigos. Por cierto, también creíamos tener las herramientas para hacer esa modesta contribución.
Fue así como esa tarde calurosa de febrero la magnífica coincidencia que teníamos dio origen a lo que es hoy El único Inti.
Lo primero fue la búsqueda de un nombre que nos identificara. Recordamos entonces una entrevista concedida por Jorge donde, de manera tan clara como firme, indicó que Inti-Illimani era uno sólo, el único Inti.
Nos motivaba fundamentalmente eso que señalamos como la historia de la cual éramos testigos.
Veíamos con pena e impotencia como los ex-integrantes del grupo que por tantos años seguíamos, hacían uso indiscriminado, ilegal y desleal del nombre del grupo al cual ciertamente contribuyeron, contribución que estamos completamente seguros no habrían realizado de no contar con los hermanos músicos que compartieron una vida de miel y hiel, que estimularon el proceso creativo, la misma creatividad que hoy enarbolan como bien exclusivo de su autodenominada y tristemente falsa superioridad.
Queríamos decir y contar. Nos llamaba la atención la forma en que estos ex-integrantes se sometían bajo el alero del dueño de Macondo Producciones, personaje al cual hemos descrito en este espacio y que entre otras cosas ha sido demandado por la Sociedad Chilena del Derecho de Autor, sociedad de la cual son miembros los mismos ex–integrantes (curiosamente en el listado de socios sólo un ex-integrante aparece como miembro de Inti-Illimani) que profitan del grupo al que renunciaron voluntariamente y en tiempos distintos.
Queríamos contar y decir cómo sucedieron las cosas para que quienes, como nosotros, han seguido lealmente al grupo, sin claudicar, sin renunciar como lo hicieron los Intis, supieran que Inti-Illimani es sólo uno, el que nunca dejó de tocar, el que ha mantenido en alto el nombre de este emblemático grupo, paseándolo con orgullo por todo el mundo, hasta el día de hoy.
Queríamos decir y contar tantas cosas que con un poco de detención se observaban (y se observan) claramente con respecto al comportamiento errático e indecente de los ex-integrantes, comportamiento en lo ético y estético. Los hechos hablan por sí solos.
En ese camino de denuncia, también fuimos contando la historia maravillosa de este grupo.
Primero fue la entrevista a Pedro Yáñez, que nos contó cómo se funda el Inti, luego a los Intis actuales: Daniel Cantillana; el director musical del grupo, Manuel Meriño; Christian “Búho” González, César Jara, las notables historias del querido “Ciego” Marcelo Coulón, la sinceridad y la templanza de Max Berrú, y terminamos el 2008 con el único miembro fundador que jamás abandonó el grupo, el gran Jorge Coulón y una entrevista que ha dado vueltas.
Fuimos también testigos de las 100 canciones por Allende, cubriendo ese maravilloso espectáculo con fotos, videos y, por cierto, con las palabras agradecidas de Jorge.
Cubrimos giras por Turquía, Escandinavia, Canadá, EE.UU., México, Ecuador, lo que nos dio la posibilidad de estrechar lazos con hermanos entrañables en esos países que nos honran con su corresponsalía.
También, y no es menor, hemos cubierto conciertos y presentaciones a lo largo de Chile. Presentaciones que quizás no cuentan con el “garbo” de Nueva York, Toronto o Estocolmo, pero son nuestros escenarios y han sido una muestra inequívoca del profesionalismo, de la ética y la estética de cada uno de los músicos de Inti-Illimani.
Valparaíso, con su Municipal “hasta las banderas” o en Las Torpederas, Viña del Mar, Concepción, Chillán, Punta Arenas, Paillaco, Maipú, Renca, Peñalolén, Cerrillos, Padre Hurtado, Curicó, Santa Cruz, Melipilla, Talca, Temuco, San Pedro de Atacama, San Pedro de la Paz, Antofagasta, Ovalle, La Serena, Iquique, Futaleufú, Osorno, Valdivia, Ñiquén, Quilpué, Quillota, por nombrar sólo algunos, son los lugares en donde el Inti ha mostrado siempre su calidad que sólo mejora con el paso del tiempo en sus ya 42 años de vida.
En cada oportunidad hemos estado ahí de alguna manera, cubriendo y contándoles a ustedes el devenir de este grupo de grandes músicos y mejores personas.
Así hemos transcurrido en este año y medio de vida, con aportes desinteresados y significativos de personas que nos escriben, nos orientan y nos sugieren, con comentarios de quienes ya son habituales en este espacio.
Hoy hemos superado las 50.000 visitas y como lo hemos dicho antes, para un espacio temático y dirigido, 50.000 visitas es un gran número.
Estamos orgullosos, pero más que eso, estamos agradecidos y más aún, comprometidos con cada uno de ustedes que nos honran con sus visitas.
Sinceramente este espacio ya se ha consolidado gracias al interés que ustedes manifiestan cada día, y sobre todo a que el concepto “único Inti” es un concepto ya instalado en la mente y corazón de los seguidores de verdad.
Hoy, ya no somos los mismos 4 como al principio pero en el corazón lo seguimos siendo.
Queremos agradecer a Rodrigo Mancilla y a Franco Salinas y desde aquí decirles que este orgullo también es vuestro.
A nuestro hermano Necmettin Tokur en Turquía, a Osiel Ibañez en Suecia, a Patrick Gomez en Francia, a Manuel Jofré en Canadá, a José López en Nueva York, a Hans Hoffman en España, a Manuel Montores en México, a Roberto Massimi en Italia.
A quienes traducen los artículos, Carol Jorquera de Valparaíso e Isabel Moreno de Santiago.
A Lucho Cifuentes.
A Paty Montero, a Abel Sanhueza, a Gonzalo.
A los Intis, Daniel, Búho, Manuel, César, Juan, Efrén, Marcelo y Jorge, infinitas gracias.
A todos quienes no mencionamos ahora pero están en nuestros corazones.
A todos ustedes, los lectores y lectoras, nuestro mayor agradecimiento y compromiso.
Un gran abrazo.
Muchas gracias.
El único Inti.