lunes, 12 de marzo de 2012

Cambalache


Como dijo José Santos Discépolo, el que no llora no mama y el que no afana es un gil.
Y hay quienes de “gil” no tienen un pelo.



Hemos vuelto, por un momento pero hemos vuelto.
Escuchamos Inti Illlimani, Víctor Jara y cuando nos nombran “Macondo” hacemos así.
¿Por qué dirá usted estimada lectora, estimado lector? ¿Cuál es la razón del encono con Macondo Producciones y su dueño, el empresario Alfredo Troncoso Leone?
Hemos vuelto, por un momento pero hemos vuelto con el propósito original de esta revista, denunciar.

El tema de los Derechos Humanos (DDHH en adelante) en toda América latina es un tema complejo, que a nadie resulta indiferente y en Chile con mayor razón. Por respeto a las víctimas y sus familias no ahondaremos en los detalles que suponemos conocidos por todos o al menos por quienes se precian de informados y lúcidos.
Por la misma razón, por ese respeto que declaramos es que venimos por un momento a denunciar nuevamente al Sr. Alfredo Troncoso y su cáfila “musical” y de sociedades comerciales.

Troncoso ya comienza a anunciar con propaganda pagada en radios su Concierto de “purificación”,  para exorcizar el recinto del Estadio Nacional.
La propaganda nos invita a participar de esta “terapia” cancelando una módica entrada cuyo valor va entre los 8 y los 18 mil pesos.
Hasta ahí muchas y muchos, seducidos podrán decir “¿qué hay de malo?”, para nosotros al menos lo siguiente:

La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, de Ejecutados Políticos y Torturados por la dictadura pinochetista no han sido ni informadas ni convocadas ni invitadas a este “evento de sanación” de Troncoso Leone. Al contrario, estas agrupaciones que han mantenido los valores de los Derechos Humanos todos estos años, contra viento y marea (hoy sin financiamiento estatal dado que el gobierno de la derecha lo quitó) han sido pasadas a llevar sin la mínima consideración, tal como ocurrió con los “homenajes” a Víctor y a Violeta en Pompeya incluso en contra de las opiniones de las respectivas fundaciones.

Troncoso es pillo, es hábil por que elabora y difunde una “parrilla” de artistas sin tenerla 100% confirmada (sabemos que algunos nombrados en la propaganda rechazaron su vinculación pero ya está, la propaganda suena)

Por eso hemos vuelto, asqueados de ver y escuchar como este empresario y su comparsa de “artistas” encabezados por Horacio “Goldborne” Salinas, Horacio “Schweitzer & Fernández” Durán y José “Ayllón” Seves, usan y abuzan ahora de los Derechos Humanos creyéndose exorcistas, sanadores, llegando tarde después de tantos años (Inti Illimani, Illapu entre otros han apoyado los DDHH y sus agrupaciones defensoras todos estos años realizando conciertos solidarios, a beneficio).

Seguramente Alfredo Troncoso sacará cuentas alegres escondido junto a señora esposa que de vez en cuando nos escribe para “putearnos”. Quizás Pablo Morris (persona muy interesada en la existencia de esta publicación) cuñado de José Seves, podría contar y explicar si la recaudación y lo que cobra el empresario y sus artistas irá en beneficio de alguien.

Hemos vuelto, por un tiempo hemos vuelto.

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