Indefectiblemente hemos de referirnos al tema de moda, al concepto que se ha instalado ya hace un rato en el consciente colectivo de casi todo el mundo.
Y decimos casi todo el mundo, porque claramente esta “crisis” no afecta a todos por igual.
Quienes han propiciado esta crisis a partir de su codicia, de su indolencia y de su falta de humanidad siguen gozando de sus privilegios, inmunes a los efectos de la “crisis” e inmunes a los efectos que la crisis genera en los más débiles.
Pero también la crisis tiene efectos que de pronto no se sospechan o son demasiado evidentes y habituales como para detenernos en ellos.
Las crisis económicas tienen como primera víctima el mundo de la cultura, de las artes. Son justamente nuestros creadores, músicos, pintores, artistas en general, con quienes la funesta crisis se ensaña.
La realización de un concierto por estos días resulta una tarea casi épica: arriendo de teatro, iluminación, sonido, seguridad, garantías, traslado de equipos, etc., todo tiene un valor nada despreciable, sin considerar el “margen” de ganancia que idealmente y casi nunca se logra en una presentación.
¿Cuántos de nosotros ha realizado el simple ejercicio de calcular cuánto es lo que un grupo como Inti-Illimani, con 8 músicos, invitados y todo su “staff” debiera ganar en un concierto para cubrir todos los gastos, dejando un margen que les permita salir con algo de dinero en sus bolsillos? Porque los músicos y los técnicos del Inti, como todos, pagan deudas, arriendos, dividendos, colegios y, más aún, ellos y sus familias comen.
Hoy el Inti no cuenta con un mecenas que altruistamente done dinero para solventar las presentaciones de las que tanto disfrutamos.
Inti-Illimani no cuenta con contactos con empresarios de la cultura, con algún integrante que sea miembro de comisiones signifiquen un beneficio económico casi inmediato, con productores que, más que eso, son comerciantes y que con su olfato los lleva, para beneficio de algunos, a dividir para reinar; en fin, el Inti se “rasca con sus propias uñas”.
Más de alguna vez nos hemos topado con el comentario que cuestiona el valor de las entradas para algún concierto del Inti. “¿Y el pueblo cómo paga esos valores?” Es esto muy recurrente y a nuestro modo de ver, injusto.
Basta hacer un rápido y simple cálculo multiplicando el valor de las entradas, las más caras por la totalidad de asientos y resultará que es casi inexplicable cómo Inti-Illimani ha continuado entregándonos durante todos estos años su arte, su poesía y su música.
Por eso los respetamos, por eso los defendemos. Por la coherencia a lo largo de más de 41 años. Por no haber claudicado nunca, por soportar el chaparrón de las crisis, el alejamiento de algunos miembros, la traición de algunos de los que se alejaron, pero fundamentalmente por seguir teniendo la voluntad, la firme voluntad de entregarse a su público, de realizar un concierto “PARA NUESTRA GENTE” ahora en Valparaíso.
Éste es Inti-Illimani, el único Inti-Illimani. No un artificio, un artilugio legal que haya servido para profitar del trabajo ajeno (sí, del trabajo realizado ininterrumpidamente a través de 41 años, sosteniendo al Inti a pesar de todo y de todos).
Éste es Inti-Illimani por el que levantamos este espacio. Y este espacio es de todos, de nosotros y más aún de ustedes.
Éste es el espacio que se ha ganado una audiencia que hoy, de corazón agradecemos.
Ya son algo más de 40.000 visitas y estamos ciertos que hemos dejado algo.
Hemos sido claros y consecuentes, hemos llevado a ustedes la palabra de los integrantes del Inti.
Hemos informado cuando otros han callado, hemos denunciado el abuso, la mentira, la traición de quienes se arrogan el uso del nombre del grupo, de quienes tan graciosamente han señalado “ser” el Inti.
Nuevamente les damos las gracias, las infinitas gracias por el privilegio que nos dan de contar con ustedes.
No sólo desde Chile, también desde Europa, Asia, Norteamérica y casi toda Latinoamérica nos vienen a visitar, nos leen, nos agregan dentro de sus favoritos, en definitiva, nos hacen formar parte de su día a día.
Nada más que agradecer por todo este tiempo, por darnos la fuerza para seguir adelante, con entrevistas, reportajes, artículos, pero sobre todo dedicando lo que hacemos, intransable y desinteresadamente a defender y difundir todo lo que significa este grupo de músicos y grandes personas que es Inti-Illimani, el único Inti.
Y decimos casi todo el mundo, porque claramente esta “crisis” no afecta a todos por igual.
Quienes han propiciado esta crisis a partir de su codicia, de su indolencia y de su falta de humanidad siguen gozando de sus privilegios, inmunes a los efectos de la “crisis” e inmunes a los efectos que la crisis genera en los más débiles.
Pero también la crisis tiene efectos que de pronto no se sospechan o son demasiado evidentes y habituales como para detenernos en ellos.
Las crisis económicas tienen como primera víctima el mundo de la cultura, de las artes. Son justamente nuestros creadores, músicos, pintores, artistas en general, con quienes la funesta crisis se ensaña.
La realización de un concierto por estos días resulta una tarea casi épica: arriendo de teatro, iluminación, sonido, seguridad, garantías, traslado de equipos, etc., todo tiene un valor nada despreciable, sin considerar el “margen” de ganancia que idealmente y casi nunca se logra en una presentación.
¿Cuántos de nosotros ha realizado el simple ejercicio de calcular cuánto es lo que un grupo como Inti-Illimani, con 8 músicos, invitados y todo su “staff” debiera ganar en un concierto para cubrir todos los gastos, dejando un margen que les permita salir con algo de dinero en sus bolsillos? Porque los músicos y los técnicos del Inti, como todos, pagan deudas, arriendos, dividendos, colegios y, más aún, ellos y sus familias comen.
Hoy el Inti no cuenta con un mecenas que altruistamente done dinero para solventar las presentaciones de las que tanto disfrutamos.
Inti-Illimani no cuenta con contactos con empresarios de la cultura, con algún integrante que sea miembro de comisiones signifiquen un beneficio económico casi inmediato, con productores que, más que eso, son comerciantes y que con su olfato los lleva, para beneficio de algunos, a dividir para reinar; en fin, el Inti se “rasca con sus propias uñas”.
Más de alguna vez nos hemos topado con el comentario que cuestiona el valor de las entradas para algún concierto del Inti. “¿Y el pueblo cómo paga esos valores?” Es esto muy recurrente y a nuestro modo de ver, injusto.
Basta hacer un rápido y simple cálculo multiplicando el valor de las entradas, las más caras por la totalidad de asientos y resultará que es casi inexplicable cómo Inti-Illimani ha continuado entregándonos durante todos estos años su arte, su poesía y su música.
Por eso los respetamos, por eso los defendemos. Por la coherencia a lo largo de más de 41 años. Por no haber claudicado nunca, por soportar el chaparrón de las crisis, el alejamiento de algunos miembros, la traición de algunos de los que se alejaron, pero fundamentalmente por seguir teniendo la voluntad, la firme voluntad de entregarse a su público, de realizar un concierto “PARA NUESTRA GENTE” ahora en Valparaíso.
Éste es Inti-Illimani, el único Inti-Illimani. No un artificio, un artilugio legal que haya servido para profitar del trabajo ajeno (sí, del trabajo realizado ininterrumpidamente a través de 41 años, sosteniendo al Inti a pesar de todo y de todos).
Éste es Inti-Illimani por el que levantamos este espacio. Y este espacio es de todos, de nosotros y más aún de ustedes.
Éste es el espacio que se ha ganado una audiencia que hoy, de corazón agradecemos.
Ya son algo más de 40.000 visitas y estamos ciertos que hemos dejado algo.
Hemos sido claros y consecuentes, hemos llevado a ustedes la palabra de los integrantes del Inti.
Hemos informado cuando otros han callado, hemos denunciado el abuso, la mentira, la traición de quienes se arrogan el uso del nombre del grupo, de quienes tan graciosamente han señalado “ser” el Inti.
Nuevamente les damos las gracias, las infinitas gracias por el privilegio que nos dan de contar con ustedes.
No sólo desde Chile, también desde Europa, Asia, Norteamérica y casi toda Latinoamérica nos vienen a visitar, nos leen, nos agregan dentro de sus favoritos, en definitiva, nos hacen formar parte de su día a día.
Nada más que agradecer por todo este tiempo, por darnos la fuerza para seguir adelante, con entrevistas, reportajes, artículos, pero sobre todo dedicando lo que hacemos, intransable y desinteresadamente a defender y difundir todo lo que significa este grupo de músicos y grandes personas que es Inti-Illimani, el único Inti.
Por las 40.000 visitas, un abrazo y gracias a todos.