Meridiano
La definición que nos entrega la RAE para el adjetivo “Meridiano” señala:
1. Perteneciente o relativo a la hora del mediodía.
2. Clarísimo, luminosísimo. Luz meridiana.
Otros lo definen como inobjetable, concluyente.
No podemos dejar de reconocer que nos tienta aplicar estas definiciones al último trabajo de Inti-Illimani (el que hemos tenido el privilegio y la maravilla de conocer) que lleva por nombre “Meridiano”.
Que el nuevo disco es luminoso, claro, inobjetable y concluyente es tan cierto como poco objetivo.
Poco objetivos porque hemos reconocido que Inti-Illimani es la “banda sonora de nuestras vidas”, que Inti-Illimani se ha transformado en una especie de consuelo ante la pena, en el puño en alto cuando la lucha, en el canto cuando no hemos podido cantar, en nuestra voz cuando no hemos podido decir o no hemos sabido cómo.
Poco objetivos por que también la vida nos ha regalado los momentos precisos y preciosos que nos han permitido conocer a los Intis, saber qué opinan, qué sienten y reconocer en ellos a ciudadanos del mundo y de la vida, con quehaceres, con gustos y disgustos, con alegrías y dolores, con sostenidos y bemoles. Este conocimiento es el que nos ha llevado a declarar que los Intis son grandes músicos y mejores personas.
Pero esa falta de objetividad, nos imaginamos, es compartida por todas y todos quienes saben al Inti, quienes lo conocen y lo valoran.
El 2010 comienza con “Meridiano”
Hace justo un año, Francesca Gagnon aparecía en el escenario del Teatro Municipal de Viña del Mar. Muchos no la conocían y algunos la identificaban como “La voz de Alegría del Cirque du Soleil”. A partir de ese momento comenzamos a conocer a Francesca como artista, como persona. Su relación con Inti-Illimani se estrechó a tal punto que fue ella quien propuso este disco y se vino a Chile a grabar. ¿El resultado? Una maravilla.
La voz predominante de Francesca en “Meridiano” en ningún caso nos desentiende de la impronta de Inti-Illimani, al contrario.
Francesca se imbuye y se empapa de esta impronta y también con la sonoridad clásica del Inti. En definitiva, Francesca se suma como se sumaron antes Paco Peña, John Williams, Peter Gabriel, Isabel Parra, Arja Saijonmaa y Holly Near, por nombrar algunas colaboraciones.
“Meridiano” es un disco de vanguardia. Manuel Meriño en la dirección musical nos pasea por ritmos que recién ahora el Inti incorpora a su repertorio.
El bossa nova de Banquette viene a reparar en parte el que nunca el Inti haya incluido en su sonoridad los ritmos de una parte importante de nuestra América morena.
Hay detalles interesantes, desde el punto de vista técnico, que al descubrirlos (por ejemplo la singular “afinación” de las zampoñas en Reve d’enfants) nos hace una vez más constatar que estamos en presencia de músicos notables, meticulosos, profesionales y amantes de su arte.
El resto, simplemente Inti-Illimani. Los coros, las voces de Juan, de Daniel, del Búho, de Jorge y Marcelo. Las cuerdas de César, de Manuel. Los vientos y la percusión de Efrén, en fin, todo lo que es Inti-Illimani se escucha y de alguna manera se saborea en este disco.
Así es “Meridiano”.
¿Y qué nos importa a los que conocemos a Inti-Illimani ser subjetivos?
Sí, es un disco inobjetable, concluyente respecto del futuro, de la apuesta de lo que nos regala un grupo que no se queda anclado en la nostalgia del pasado reviviendo como única fuente lo que alguna vez fue vanguardia.
Es concluyente respecto de lo que entendemos debe ser la música con contenido, de excelencia, que busca cada vez con mayor ahínco distinguirse no para beneficio propio, sino para beneficio de quienes son los depositarios de la creación: nosotros, sus seguidores.
Es concluyente porque es quizás el momento y la forma en que la otra definición del término “Meridiano” aplica. Esa definición que habla de la separación natural e irreductible entre dos hemisferios, entre dos perspectivas. En este caso, este “Meridiano” separa a Inti-Illimani de un anclaje que nunca quiso, lo separa, afortunadamente, de quienes quieren ver al Inti colgado en las estanterías en forma de empolvado vinilo, de quienes sólo quieren vivir de ese pasado que aunque hermoso (a veces) y fuente de experiencia, es eso, pasado. Lo separa de quienes sólo buscan abultar su ego, haciendo que manos negras intervengan en el Fondart para luego de cerrada la entrega de recursos, se abra para “ganar” los millones necesarios que le permita auto-documentarse (eso es ya enfermizo) y auto-homenajearse como el “más grande autor” (una vez más los invitamos a descubrir).
Este “Meridiano” sitúa a Inti-Illimani en el lugar que le corresponde y que no es otro que la vanguardia de la música chilena, latinoamericana y mundial como ha sido siempre.
Nos alegramos, nos enorgullecemos y los invitamos a escuchar este disco con una luz tenue, una copa de vino y una grata compañía.
Viajarán, volarán y confirmarán sin lugar a dudas que afortunadamente tenemos Inti-Illimani por muchos años más.
Nosotros mientras tanto, felices de una vez más hacer nuestro el “Meridiano” y situarnos en el lugar correcto: junto a Inti-Illimani, el único Inti
La definición que nos entrega la RAE para el adjetivo “Meridiano” señala:
1. Perteneciente o relativo a la hora del mediodía.
2. Clarísimo, luminosísimo. Luz meridiana.
Otros lo definen como inobjetable, concluyente.
No podemos dejar de reconocer que nos tienta aplicar estas definiciones al último trabajo de Inti-Illimani (el que hemos tenido el privilegio y la maravilla de conocer) que lleva por nombre “Meridiano”.
Que el nuevo disco es luminoso, claro, inobjetable y concluyente es tan cierto como poco objetivo.
Poco objetivos porque hemos reconocido que Inti-Illimani es la “banda sonora de nuestras vidas”, que Inti-Illimani se ha transformado en una especie de consuelo ante la pena, en el puño en alto cuando la lucha, en el canto cuando no hemos podido cantar, en nuestra voz cuando no hemos podido decir o no hemos sabido cómo.
Poco objetivos por que también la vida nos ha regalado los momentos precisos y preciosos que nos han permitido conocer a los Intis, saber qué opinan, qué sienten y reconocer en ellos a ciudadanos del mundo y de la vida, con quehaceres, con gustos y disgustos, con alegrías y dolores, con sostenidos y bemoles. Este conocimiento es el que nos ha llevado a declarar que los Intis son grandes músicos y mejores personas.
Pero esa falta de objetividad, nos imaginamos, es compartida por todas y todos quienes saben al Inti, quienes lo conocen y lo valoran.
El 2010 comienza con “Meridiano”
Hace justo un año, Francesca Gagnon aparecía en el escenario del Teatro Municipal de Viña del Mar. Muchos no la conocían y algunos la identificaban como “La voz de Alegría del Cirque du Soleil”. A partir de ese momento comenzamos a conocer a Francesca como artista, como persona. Su relación con Inti-Illimani se estrechó a tal punto que fue ella quien propuso este disco y se vino a Chile a grabar. ¿El resultado? Una maravilla.
La voz predominante de Francesca en “Meridiano” en ningún caso nos desentiende de la impronta de Inti-Illimani, al contrario.
Francesca se imbuye y se empapa de esta impronta y también con la sonoridad clásica del Inti. En definitiva, Francesca se suma como se sumaron antes Paco Peña, John Williams, Peter Gabriel, Isabel Parra, Arja Saijonmaa y Holly Near, por nombrar algunas colaboraciones.
“Meridiano” es un disco de vanguardia. Manuel Meriño en la dirección musical nos pasea por ritmos que recién ahora el Inti incorpora a su repertorio.
El bossa nova de Banquette viene a reparar en parte el que nunca el Inti haya incluido en su sonoridad los ritmos de una parte importante de nuestra América morena.
Hay detalles interesantes, desde el punto de vista técnico, que al descubrirlos (por ejemplo la singular “afinación” de las zampoñas en Reve d’enfants) nos hace una vez más constatar que estamos en presencia de músicos notables, meticulosos, profesionales y amantes de su arte.
El resto, simplemente Inti-Illimani. Los coros, las voces de Juan, de Daniel, del Búho, de Jorge y Marcelo. Las cuerdas de César, de Manuel. Los vientos y la percusión de Efrén, en fin, todo lo que es Inti-Illimani se escucha y de alguna manera se saborea en este disco.
Así es “Meridiano”.
¿Y qué nos importa a los que conocemos a Inti-Illimani ser subjetivos?
Sí, es un disco inobjetable, concluyente respecto del futuro, de la apuesta de lo que nos regala un grupo que no se queda anclado en la nostalgia del pasado reviviendo como única fuente lo que alguna vez fue vanguardia.
Es concluyente respecto de lo que entendemos debe ser la música con contenido, de excelencia, que busca cada vez con mayor ahínco distinguirse no para beneficio propio, sino para beneficio de quienes son los depositarios de la creación: nosotros, sus seguidores.
Es concluyente porque es quizás el momento y la forma en que la otra definición del término “Meridiano” aplica. Esa definición que habla de la separación natural e irreductible entre dos hemisferios, entre dos perspectivas. En este caso, este “Meridiano” separa a Inti-Illimani de un anclaje que nunca quiso, lo separa, afortunadamente, de quienes quieren ver al Inti colgado en las estanterías en forma de empolvado vinilo, de quienes sólo quieren vivir de ese pasado que aunque hermoso (a veces) y fuente de experiencia, es eso, pasado. Lo separa de quienes sólo buscan abultar su ego, haciendo que manos negras intervengan en el Fondart para luego de cerrada la entrega de recursos, se abra para “ganar” los millones necesarios que le permita auto-documentarse (eso es ya enfermizo) y auto-homenajearse como el “más grande autor” (una vez más los invitamos a descubrir).
Este “Meridiano” sitúa a Inti-Illimani en el lugar que le corresponde y que no es otro que la vanguardia de la música chilena, latinoamericana y mundial como ha sido siempre.
Nos alegramos, nos enorgullecemos y los invitamos a escuchar este disco con una luz tenue, una copa de vino y una grata compañía.
Viajarán, volarán y confirmarán sin lugar a dudas que afortunadamente tenemos Inti-Illimani por muchos años más.
Nosotros mientras tanto, felices de una vez más hacer nuestro el “Meridiano” y situarnos en el lugar correcto: junto a Inti-Illimani, el único Inti
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2 comentarios:
algun dia se que morire, pero me ire feliz por estos dos hujos maravillosos, Claudia y Manuel. A Manuel lo disfruto de los dos años cuando andaba a la siga de mi guitarra cortandome las cuerdas, al poco tiempo termino sentado en un piano y hoy " es lo que es" El mas grande. Gracias a los amigos de la Revista Digital, por la exelente columna.
Don Juvenal, un honor su comentario.
Un honor por que Manuel nos habló ya de usted, su padre como quien lo influyó justamente para llegar donde hoy, afortunadamente para nosotros, su hijo está.
Tenemos el gusto de conocer a Manuel y no dudamos en decir que siendo un tremendo músico es una gran persona.
Gracias de nuevo por el privilegio de su visita.
Un abrazo.
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