jueves, 3 de diciembre de 2009

Vamos con Víctor. Vamos por ancho camino.



Nuestros ritos, ceremonias y celebraciones nos remontan a los tiempos anteriores, sobre todo cuando es la hora de evocar y traer a la memoria el pasado que es parte de nuestra historia, y sin el cual no podemos mirar al futuro.

Despedirnos de Víctor Jara resulta una necesidad vital para Chile y para el mundo.

Despedir no implica necesariamente olvido. La evidencia es rotunda.
Han pasado 36 años desde su asesinato y su figura es un referente obligado del canto de las cosas cotidianas, donde siguen irrumpiendo las casitas del barrio alto, siguen apareciendo "Luchines", todavía vamos al trabajo pensando en el amor de nuestros días, todavía hay Amandas y Manueles, que viven su amor entre las fábricas, empresas y las calles de nuestras ciudadades.

Víctor Jara es un cantor de nuestro tiempo.

Suena en las micros, en los canciones populares, en las Universidades y en las ferias.
Su universalidad y transversalidad es acaso la prueba irrefutable de su trascendencia en la cultura chilena, por su consecuencia, sus ideales, su lucha incansable en el rescate de lo más propio de Chile, en una mirada que hoy se extraña.

Despedir a Víctor es acompañarlo, dejar que su música sea testimonio permanente y su mirada refleje las pequeñas luchas diarias que seguimos librando, contra el mercado, la apatía, el conformismo, la intolerancia y la hipocresía.



Dejemos que él mismo nos invite a acompañarlo en este viaje....



Ven, ven, conmigo ven,
ven, ven, conmigo ven.
Llegó la hora del viento
reventando los silencios,
ven.

Acompañemos a Víctor en su último viaje.
Desde hoy Jueves en la Fundación Víctor Jara hasta el sábado que marcharemos hacia el cementerio.

Entrevista a Jorge Coulón en CNN (haz click acá)

1 comentario:

Ariel dijo...

La dictadura y después la concertación, al igual que con Salvador Allende, han tratado de poner el acento en la muerte de Víctor Jara, con una advertencia implícita, especialmente dirigida a los jóvenes: "cuidadito con oponerte al sistema político/económico/clasista, porque cualquier día destos puedes morir como este comunista". A veces hablan de "ideales", como algo quimérico, alejado de la realidad, pero nunca se refieren a las IDEAS de Jara: de justicia social, de una sociedad que educa a sus niños y se educa a sí misma.

Recuerdo un recital en que presenta su cancíón Luchín y habla sobre ese niño que "en mi país, cuando sea grande, podrá dirigir una fábrica". Ese era el país que Jara quería, y es el país que nosotros debemos querer.
Lo que debe enseñarse es la vida de Jara: familia pobre pero esforzadísima (especialmente la mamá) y que con su arte se atrevió a soñar y TRABAJAR por una sociedad más justa. Porque las ideas, por muy buenas que sean, si no se trabaja por ellas, se quedan en el aire.

Gracias Víctor. Descanza en paz.

 
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