Mensaje de Jorge Coulón para nuestros lectores

Creo que lo del Domingo pasado fue extraordinario por varias razones, en primer lugar artísticas, pero también políticas, humanas, históricas, éticas etc.

Artísticamente fue un esfuerzo importante, no sólo en lo físico... (hubo un momento en la última parte en que repentinamente mi mano izquierda se negaba a obedecerme, no pude tocar el tiple en La Flor de la Chamiza y la guitarra en La exiliada del Sur hasta que tres plátanos solucionaron el problema de fatiga muscular) hemos recuperado y reincorporado al repertorio una parte importante de temas que ya no se estaban tocando o se podían escuchar en versiones diametralmente diferentes en cuanto a instrumentación y arreglos.
Esto significó un trabajo arduo de ensayos, por suerte este es un grupo que ensaya y trabaja en la preparación de sus conciertos, igual el nerviosismo, el calor inesperado de ese día (que entre otras cosas dificultó en un comienzo la afinación de los instrumentos) jugaron alguna mala pasada... pero nada que cambie la esencia poética y el significado del evento.

Políticamente, está demás decirlo, hemos contribuido, todos, público, fundaciones y músicos, a evitar que las celebraciones del centenario de Allende fueran una formalidad limitada a actos oficiales y formales... Allende está nuevamente en campaña porque los chilenos lo quieren y porque los jóvenes lo respetan... coherencia, honestidad, cariño y respeto son cualidades de la política que la rescatan del cabildeo “maquineo” y el mero juego del poder. Allende sigue teniendo una propuesta para el Chile del siglo XXI.

Humanamente creo que quienes estuvimos allí tenemos amplio material de reflexión... toda esa gente, todo ese tiempo, toda la emoción auténtica, la alegría, la participación, la ausencia total de incidentes... en fin, la demostración de que hay modos de convivencia cuando las cosas pasan por la cabeza y el corazón. Por nuestra parte tenemos que agradecer a un montón de personas que se entusiasmaron con la idea, que nos apoyaron y que estuvieron ahí a sol y a sombra, los 504 minutos que duró el concierto...

Éticamente me parece muy importante lo que ocurrió, la demostración de que cuando se actúa correctamente, coherentemente, tienes no solo la posibilidad, sino el derecho a plantarte ante cualquiera y pedir una mano. Nosotros no somos bufones de Corte, ni vivimos del “pituto”, por el contrario, somos críticos de cómo se están llevando las cosas en Chile, pero nuestra crítica y nuestra posición es honesta y abierta... encontramos la mejor disposición en todos los que debimos contactar para hacer posible este concierto y los resultados están a la vista.

Por último creo que merecen mención aparte quienes trabajan con nosotros desde atrás del escenario, un equipo pequeño de gente muy profesional, imaginativa, eficiente y corajuda, que por sobre todas las cosas trabaja con cariño... quien sabe si el mayor mérito y los mejores aplausos tengan que ir hacia ellos... después de todo nosotros los músicos los tuvimos y en abundancia.

Gracias por todo el apoyo y a través de Uds. gracias a ese público fantástico que tenemos y que hace el trabajo tan fácil y placentero.

Jorge Coulón Larrañaga

Pronto, la segunda parte del reportaje al Mayor Concierto de la Historia, 100 canciones por Allende, 8 horas con Inti Illimani, el Unico Inti.

Saludos.